Año tras año los cristianos se preguntan si es correcto celebrar la navidad; en redes sociales se generan debates con un tinte de cruzadas, segados por un celo basado en teorías de gente que no se ha especializado en el tema y que sólo pretenden generar sensacionalismo y una fe falsa y barata. Estos, a su vez argumentan que no es correcto celebrar la navidad por tener un origen netamente pagano. Dado lo anterior, surge la gran pregunta: ¿cómo se convirtió el 25 de Diciembre en una celebración del nacimiento de Cristo?
La Biblia no ofrece muchos detalles, ya que, la celebración del nacimiento de Cristo no se ve en los Evangelios, ni mucho menos en los demás libros del NT. Incluso, ni el año ni el mes del nacimiento de Cristo es mencionado; lo único que leemos es que cuando Cristo nació “había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño” (Luc. 2:8), esto sugiere que posiblemente fuese en primavera del hemisferio norte en el parto de las ovejas, ya que esto no podría ser realizado en invierno.
Por otro lado, la evidencia extra bíblica de los padres de la iglesia sugiere que el nacimiento de Cristo no se celebró hasta mediados del siglo IV d.C. De hecho, Clemente de Alejandría alrededor del año 200 de nuestra era dice que muchos intentaron poner fecha y día al nacimiento de Cristo:
Hay quienes han determinado no solo el año del nacimiento de nuestro Señor, sino también el día; y ellos dicen que esto tomó lugar el año 28 de Augusto, y en el 25 día de Pachon. Y los seguidores de Basilides sostienen el día de su bautismo como un festival, pasando la noche anterior en lecturas. Ellos dicen que esto fue en el año 15 de Tiberio Cesar, el día 15 del mes de Tubi, y algunos que era el undécimos del mismo mes. Y tratándose de su pasión, con muy gran exactitud, algunos ticen que tomó lugar el sextavo mes de Tiberio, el 25avo de Phamenoth, y otros el 25avo de Pharmuthi, y otros dicen que él nació el 24 o 25 de Pharmuthi.[1]
Lo interesante es que Clemente menciona el “día 25 de Pachon” que correspondería al 20 de Mayo de nuestro calendario, al 24 o 25 de Pharmuti que correspondería al 20 o 21 de Abril, pero ninguno de estos menciona el 25 de Diciembre. La primera mención relacionada al 25 de Diciembre la encontramos en el “Calendario Filocaliano” compuesto en Roma en el año 336, donde se establece que el 25 de Diciembre “natus Christus in Betleem Judeae”, que traducido dice: “Cristo nació en Belén de Judea.” [2] Es decir, después de 300 años encontramos evidencias de una celebración oficial del nacimiento de Cristo. A partir de ello, se esgrime la teoría de que el 25 de Diciembre se eligió como celebración por la festividad pagana Natalis Solis Invicti, o el nacimiento del Sol Invicto. Una festividad pagana de los romanos que instauró Aureliano en 274, donde se “estableció firmemente el festival del dies natalis Solis invicti [nacimiento del Sol Invicto] (Diciembre 25) en el Imperio Romano.”[3]
Por otro lado, San Agustín de Hipona en el año 400 de nuestra era menciona a un grupo que celebraba el nacimiento de Cristo el 25 de Diciembre, llamados Donatistas. Lo interesante, es que los grupos Donatistas surgieron durante la persecución de Dioclesiano entre los años 303 y 312 d.C., por ende, la práctica de celebrar la natividad el 25 de Diciembre parecería no pertenecer el sincretismo que realizó Constantino tras su conversión al cristianismo.[4] De hecho, no es sino hasta el siglo 12 de nuestra era que por primera vez se estigmatiza como una festividad pagana el 25 de Diciembre asociada a la natividad de Cristo.[5]
Por lo tanto, la idea de que el 25 de Diciembre sea una festividad pagana no pareció ser un problema sino hasta el siglo 12. Es así como Thomas J. Talley argumenta que el 25 de Diciembre no fue tomado de la festividad de los romanos sino que fue asociada por el día de la muerte de Cristo. Esta tradición es tomada de la “Anunciación”:
El tratado Pseudo-Crisóstomo De solstitia et aequinoctia conceptionis et nativitatis domini nostri Iesu Christi et Iohannis Baptistae argumenta que el Señor fue concebido y crucificado en el mismo día del año, y calculado esto como el 25 de Marzo.[6]
San Agustín expone una formula en la cual se basaron para identificar el nacimiento de Cristo:
For He is believed to have been conceived on March 25, and also suffered on this same day; thus the womb of the Virgin, in which He was conceived, where no mortal person was begotten, corresponds to the new tomb in which He was buried, where no deceased person was laid, neither before nor after. But according to tradition He was born on December 25. If, therefore, you count from the day of His conception to the day of His birth, you will find that there are two hundred and seventy-six days, which is forty-six times six.[7]
Por lo tanto, tenemos dos tradiciones, la primera se asocia a que se eligió el 25 de Diciembre como una fecha conmemorativa de una festividad pagana realizada a partir del sincretismo cultural que se vio cuando Constantino se convirtió al cristianismo. Sin embargo, como hemos visto, esta teoría parece no ser correcta ya que San Agustín menciona a un grupo llamado Donatistas, los cuales ya celebraban el nacimiento de Cristo en el 25 de Diciembre, mucho antes de que el cristianismo fuera una religión oficial en el Imperio Romano. Por otro lado, tenemos la segunda tradición sostenida mayormente por Thomas J. Talley, en la cual encontramos que el 25 de Diciembre se conmemoró en base a la muerte de Cristo. San Agustín expone cómo se computó esta tradición, ya que si Cristo muere el 25 de Marzo, por ende, tendría que nacer el 25 de Diciembre.
A pesar de que es difícil concluir el porqué se conmemoró el 25 de Diciembre como una fecha del nacimiento de Cristo, no parece lógico asociarlo a la fecha de una festividad pagana. Si bien es cierto, la navidad que hoy conocemos tiene mucha relación con la festividad pagana llamada Natalis Solis Invicti, en primera instancia, la fecha del 25 de Diciembre –como hemos visto– al parecer no se eligió como un resultado del sincretismo cultural.
Aunque los cristianos argumenten que debemos erradicar prácticas “paganas” dentro del cristianismo ya que esto es una muestra de pureza de fe, es evidente que tales declaraciones no parecen ser razonables y escapan al cómo se formó el cristianismo que hoy conocemos. Si fuese por ello, muchos cristianos debiesen dejar de ir a la iglesia puesto que las arquitecturas de las iglesias actuales fueron tomadas de templos paganos de los primeros siglos. Los verdaderos cristianos se congregaban en casas y no en templos. Frank Viola expone lo siguiente:
The first recorded use of the word ekklesia to refer to a Christian meeting place was penned around AD 190 by Clement of Alexandria (150–215). Clement was also the first person to use the phrase “go to church”—which would have been a foreign thought to the first-century believers. (You cannot go to something you are!) Throughout the New Testament, ekklesia always refers to an assembly of people, not a place. Ekklesia, in every one of its 114 appearances in the New Testament, refers to an assembly of people. (The English word church is derived from the Greek word kuriakon, which means “belonging to the Lord.” In time, it took on the meaning of “God’s house” and referred to a building.)[8]
Tal como se aprecia, el cristianismo primitivo no entendía el concepto de iglesia asociado a una arquitectura, sino más bien al concepto de unidad y hermandad. Los templos cristianos fueron introducidos por Constantino en base a templos y prácticas paganas:
When he [Constantino] built the Church of the Apostles in Constantinople, he included monuments to the twelve apostles. The twelve monuments surrounded a single tomb, which lay at the center. That tomb was reserved for Constantine himself—thus making himself the thirteenth and chief apostle. Thus Constantine not only continued the pagan practice of honoring the dead, he also sought to be included as one of the significant dead.[9]
La pregunta, por tanto surge: ¿Deberíamos dejar de ir a la iglesia por tener un origen pagano?
Argumentar que el 25 de Diciembre (fecha en la cual se celebra navidad) tiene un origen pagano per se es desconocer las evidencias históricas respecto al cómo se formuló tal fecha, ya que, como se ha visto no se puede concluir de forma taxativa. Si bien es cierto que la festividad tiene aspectos paganos,[10] es evidente que ello no es un argumento sólido para argumentar que no se debe celebrar la navidad. Si razonamos bajo ese concepto, entonces, todos los cristianos debiesen dejar de asistir a sus iglesias.
En conclusión, la Biblia no establece una fecha clara sobre el nacimiento de Cristo ni tampoco existe una celebración de tal evento a lo largo del NT. Es más, el NT hace hincapié en la crucifixión de Cristo más que en su nacimiento. Sin embargo, al parecer, el 25 de Diciembre se comenzó a usar como una fecha conmemorativa mucho antes de que la cultura romana con la cultura cristiana se uniera para formar una nueva religión universal.
Por: Josué Gajardo.
Referencias
[1] Clement de Alexandria, «The Stromata, or Miscellanies», en Fathers of the Second Century: Hermas, Tatian, Athenagoras, Theophilus, and Clement of Alexandria (Entire), ed. Alexander Roberts, James Donaldson, y A. Cleveland Coxe, vol. 2, The Ante-Nicene Fathers (Buffalo, NY: Christian Literature Company, 1885), 333.
[2] F. L. Cross y Elizabeth A. Livingstone, eds., The Oxford dictionary of the Christian Church (Oxford; New York: Oxford University Press, 2005), 338.
[3] Kurt Rudolph, «Helios (Deity)», ed. David Noel Freedman, trans. Dennis Martin, The Anchor Yale Bible Dictionary (New York: Doubleday, 1992), 124.
[4] Thomas J. Talley, The Origins of the Liturgical Year, 2nd ed. (Collegeville, Minn.: Pueblo, 1991), 79-155.
[5] Talley, Ibíd, pp. 101–102
[6] F. L. Cross y Elizabeth A. Livingstone, eds., The Oxford dictionary of the Christian Church (Oxford; New York: Oxford University Press, 2005), 338.
[7] Agustín de Hipona, The Trinity, ed. Hermigild Dressler, trans. Stephen McKenna, vol. 45, The Fathers of the Church (Washington, DC: The Catholic University of America Press, 1963), 141–142.
[8] Frank Viola and George Barna, Pagan Christianity (Barna Books, 2008), 11-12.
[9] Ibíd., 19.
[10] Kurt Rudolph en The Anchor Yale Bible Dictionary, 124 resume el cómo se formó la festividad asociada al dios-sol en el Imperio Romano: “The 4th and 5th centuries brought what was probably the height of the solar religion. The late -or neoplatonic philosophy owed as much to it as did the (heathen) emperors. In his Saturnalia (1.17–23), Macrobius (ca. 400) developed a monotheistic teaching on the sun-god that had a pantheistic tint: Helios/Apollos is not only the supreme Lord, power, and inner mover of the intellectual and material world, but he is also linked to all the old and new gods. Such neoplatonists as Libanius, Iamblichus, and Proclus (who wrote a hymn to the sun-god) were likewise taken in by this sun cult, as were most of the contemporary intellectuals. Indeed, Christianity in the west understood its Soter Christus as Sol Salutis and, in contrast to the Greek east, retained the sun-day of the ancient solar calendar. Churches were thus oriented toward the east in a manner corresponding to the Helios temples. What was being lost in the sun cult, however, was restored by the new religion: a more popular orientation, which was missing in the politically abstract sun theology.”
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