Uno de los problemas que nos enfrentamos a la hora de leer el relato de Jesús en la Biblia es tentarnos a leerlo desde su literalidad, a pensar que en los Evangelios se encuentran los dichos textuales de Cristo. De esa forma, surgen muchos problemas a la hora de poder identificar un hecho histórico en el relato bíblico. Así es como muchos eruditos han dedicado sus vidas para estudiar al Jesús de la fe y de la historia tratando de dilucidar cuáles fueron los acontecimientos que tomaron lugar. De hecho, actualmente existe un proyecto llamado “Jesus Seminar”.[1] El trabajo principal de este proyecto era y es, observar la historicidad de Jesús desde una mirada antropológica, social y hermenéutica; tan grande fue este proyecto que llegó a convertirse en la “tercera búsqueda del Jesús histórico”.
La primera búsqueda del Jesús histórico se inicia con Hermann Reimarus, quien sienta las bases para diferenciar el Jesús de la fe y el de la historia y mirar por primera vez a Jesús desde el criticismo; posteriormente, el último aporte de esta primera búsqueda es realizada por el gran teólogo alemán Rudolf Bultman quien utilizó la “historia de las formas” para entender y explicar a los Evangelios; considerando que ellos, son, en realidad un mero mito. Una historia detallada de cómo se desarrolló la primera búsqueda, puede hallarse en el libro del teólogo y médico Albert Schweitzer titulado Historia de la investigación de la Vida de Jesús.
Si la primera búsqueda estuvo caracterizada por el criticismo y «la historia de las formas», la segunda búsqueda (1950-80) que comienza con E. Käsemann estuvo caracterizada por el uso de “la historia de la redacción”; así, contradiciendo a lo expuesto por Bultman, los autores de la segunda búsqueda apuntan a cómo se formaron los Evangelios y a entender cómo tenemos registrados los dichos de Jesús en la Biblia. Finalmente, esta búsqueda termina con la formación de Jesus Seminar en 1985.
No obstante, pese a todos los estudios realizados hay un consenso en común que advierte a los lectores de la Biblia que no se deben tomar con literalidad los dichos de Jesús, ya que, existen diferentes fuentes que componen los cuatro Evangelios y, aún así, ninguno de los cuatro parece ponerse de acuerdo en muchos de sus relatos. Por ejemplo, tenemos los Evangelios Sinópticos, es decir, Mateo, Marcos y Lucas, de los cuales existe un consenso en atribuir a Marcos como una fuente primaria[2] y a Mateo[3] y Lucas[4] dependientes de la fuente Qelle o abreviada como “Q”. Finalmente, una comparación entre la fuente Q, Marcos y Juan vemos relatos diametralmente distintos.
Es así como hemos querido tomar la imagen de Gerd Theissen y Annette Merz, del libro El Jesús Histórico[5]:
Vemos en la imagen que Mtesp correspondería a la fuente primaria de Mateo y Lcesp a la fuente primaria de Lucas; a su vez Mateo y Lucas son dependientes también de Marcos y, finalmente éstos dos tienen su fuente en común única llamada Q. Para diferenciar más esto, veamos un ejemplo del relato del joven rico. Marcos 10:18 y Lucas 18:19 nos cuentan que Jesús le dijo al joven rico: τί με λέγεις ἀγαθόν[6] [¿por qué me llamas bueno?]. Sin embargo, Mateo le dice ⸂τί με ἐρωτᾷς περὶ τοῦ ἀγαθοῦ [¿por qué me preguntas acerca de lo bueno?]. Lucas y Marcos parecen tener una fuente en común, mientras que Mateo prefiere optar por su propia fuente. Otro ejemplo lo encontramos en el padre nuestro de Mateo 6:9-13 y Lucas 11:2-4, éstos son los únicos que relatan dicho suceso, pero Marcos ni Juan lo hacen. Por lo tanto, podríamos concluir que esto proviene de la fuente Q. [7]
Con base en lo anterior, es obvio que no debamos tomar los dichos de Jesús en su completa literalidad, puesto que éstos provienen de distintas fuentes, por un lado Jesús “dijo” algo en Marcos que no aparece en Mateo y Lucas, y por otro, vemos a Jesús “decir” algo en Mateo y Lucas de forma diferente. En un artículo publicado en BAS del teólogo Marcus J. Borg, titulado “What Did Jesus Really Say?,”[8] dice que:
The meticulous study of patterns and themes in the Synoptic Gospels discloses the work of authors addressing and adapting their materials to different situations in the life of the early Church. In short, detailed study of these Gospels leads naturally to the conclusion that the traditions about Jesus developed… We have Jesus’ words and the stories of his activity only as preserved and shaped in the memory and experience of early Christians.
Borg dice que “tenemos las palabras de Jesús y las historias de su actividad sólo como preservadas y moldeadas en la memoria y la experiencia de los primeros cristianos.” Esto quiere decir que no necesariamente tenemos lo que “realmente” dijo Jesús, sino más bien una preservación de su actividad y una aproximación a lo que pudo haber dicho. Por lo tanto, tomar los dichos de Jesús de una forma literalista, parecería un grave problema para la fe y la religión. Pese a ello, de una u otra forma queda en la mente la misma pregunta: ¿qué habrá dicho Jesús?
Por Josué Gajardo
Referencias
[1] Ver la página oficial de Jesus Seminar: https://www.westarinstitute.org/
[2] Se baraja la posibilidad de un Deutero-Marcos o uno más elaborado.
[3] Mateo por su lado posee una fuente única, quizás oral.
[4] Así mismo también Lucas posee una fuente única, quizás oral.
[5] Gerd Theissen y Annette Merz, El Jesús Histórico (España, Salamanca: Ediciones Sígueme S.A.U., 1999), pág. 43.
[6] Kurt Aland et al., Novum Testamentum Graece, 28th Edition. (Stuttgart: Deutsche Bibelgesellschaft, 2012).
[7] Existen muchas otras discrepancias, de hecho, dichas anomalías en los sinópticos se conocen como “El problema sinóptico”.
[8] Borg, Marcus J. “What Did Jesus Really Say?” Bible Review 5, no. 5 (1989): 24–36.
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